segunda-feira, 23 de março de 2009




«Londres, mil novecientos siete.
Querido amigo: Siempre estuve segura, lo sabes, de que un día... Mas trata de excusarme si divago; es invierno y no ignoras cuán poco me ocupo de mí misma.Te espero. Los enebros han crecido y las tardes culminan hacia el río y los rojos islotes. Soy triste y, si no llegas, un tema de suspiros hundirá al gabinete, de un raso ajedrezado, en el inmundo estiércol del tedio y la derrota. Para ti habrá una torre, un jardín afligido y unas campanas graves húmedas de armonía; y no habrá té ni libros ni amigos ni advertencias, pues yo no seré joven ni querré que te vayas... »




(excerto de "Carta de una dama" de Vicente Nuñez)





Acabei de falar com um amigo e apeteceu-me Vicente Nuñez. Sem imagens nem rodeios. Sem outros adereços. Apenas Vicente Nuñez. A palavra pela palavra. Como seixo rolado na maré. Simplesmente. Apeteceu-me ... e voltarei a Vicente Nuñez.

1 comentário:

  1. gostei muito, isabel victor. não conhecia o autor, e estas palavras com esta sonotidade fizeram-me mesmo bem à alma. obrigada e um grande beijinho.

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